En este post de hoy voy a explicar lo que significa el término «democracia» y los usos, no siempre correctos y bienintencionados que se le arrojan a esta palabra desde los círculos políticos actuales.
La base del vocablo democracia, como ya es sabido por todos, proviene del griego y significa el poder del pueblo o gobierno del pueblo. Esta democracia, para no estar viciada a los designios de los gobernantes que estén situados en el poder y, debido a la masificación y auge demográfico de los países, debe estar regulada por leyes que el propio pueblo haya aprobado y sancionado mediante su representación parlamentaria, o sea, su poder legislativo. Ahí radica la importancia del Estado de derecho sobre la democracia real de los países.
En España, donde en los últimos tiempos se pone constantemente en entredicho la separación de poderes y su propia democracia interna, se cumplen todos y cada uno de los parámetros mencionados para considerar que existe la democracia.
La base del ordenamiento jurídico español se sitúa en su constitución. La constitución española, fue aprobada en el año 1978 después de ser refrendada por el 93% de sus ciudadanos. Si, efectivamente, lo dicho, 93% de todos los españoles que eran de diversos colores políticos. Este dato de aceptación del texto constitucional es de vital importancia para poder situar la Carta Magna en el lugar que le corresponde.
Por los acontecimientos políticos y sociales de los últimos años, he de decir que me apena saber que la Constitución es una gran desconocida para una gran parte de la ciudadanía y los representantes políticos en España. Por sus comentarios y manifestaciones públicas, pareciera como si el texto jurídico se hubiera conseguido en una rifa y hubiera sido un mero parche para salir de la dictadura en la que estaba inmersa España desde hacía más de treinta años. Lo cierto es que la redacción de la Constitución hizo encajar vertientes políticas y militares que nadie pensaba que llegarían a adaptarse nunca para un fin común. Esta gesta, conseguida por políticos de mucha más envergadura moral y clarividencia social que los actuales, evitó que se volviera a producir un más que probable conflicto bélico en territorio español, entre aquellas dos españas que se negaban a convivir pacíficamente y tener que renunciar a parte de sus exigencias para ponerse de acuerdo.
Desde ciertos círculos de la izquierda española se insinúa o, en el peor de los casos, dicen abiertamente, que la norma suprema del ordenamiento jurídico español no es más que una ley que emana de los círculos franquistas y que ésta ya no tiene ningún valor democrático en la actualidad. Estas afirmaciones hechas desde un simplismo aberrante y vergonzoso, no denotan más que el calado intelectual de quien las realiza y su falta de rigor histórico.
Lo cierto es que en esa época de transición política, se consiguió cambiar el modelo de estado desde dentro, pasando de una dictadura a una democracia representativa. Este cambio, que asombró a todas las democracias extranjeras, se consiguió haciendo realidad una transitoriedad jurídica sobre leyes franquistas que desembocaron en la Constitución actual. Esta transitoriedad jurídica era del todo necesaria ya que, de otro modo, se hubiera considerado que la nueva normativa era impuesta y, por ende, ilegal habiendo sido considerada golpe de estado. Ésta es suficiente razón para que los españoles en su conjunto, deban sentir orgullo de lo conseguido en aquella época y no desmemoriarse, denostando el mayor de sus logros de la época contemporánea.
Después de esta aclaración sobre cómo surgió la Carta Magna, sigamos hablando de democracia. Democracia es respetar las leyes que han sido aprobadas por los representantes de la mayoría de los ciudadanos. Esta democracia que aprobó el texto constitucional con un 93% de los votos. Esta democracia que debe respetar y hacer respetar lo que la mayoría votó.
La Constitución española prevé dos tipos de reforma dentro de su articulado. Como todas las constituciones aprobadas después de un período totalitario, no es fácil de reformar íntegramente y tiene ciertos títulos que están sometidos a un régimen especial de reforma. ¿Y esto por que es así?
Ésta es una pregunta que muchos se hacen y que pocos se informan lo suficiente al respecto. De la misma manera, es el azote que utiliza la izquierda radical para atacarla y apelar a su desobediencia o achacarle una función totalitaria
Lo cierto es que la constitución española se puede reformar entera, cosa que no se puede decir de la Alemana por ejemplo, y aun así queda fuera de toda duda su funcionamiento democrático. El hecho es que las constituciones que se han redactado posteriormente a una dictadura, prevén unas mayorías cualificadas para reformar sus títulos más importantes, precisamente para evitar que cualquier gobierno en el poder pueda valerse para imponer regímenes poco democráticos y modificar el texto a su antojo.
Entonces llegados a este punto ¿sigue pareciendo legal el referéndum convocado en Cataluña para el 1 de Octubre? Obviamente no lo es. El razonamiento jurídico que indica su ilegalidad es más que evidente. Para cambiar el título preliminar de la constitución donde se reconoce la indivisibilidad de España, es necesaria la reforma agravada de la Constitución, reforma que requiere una mayoría cualificada y el sometimiento a referéndum a toda la población española de la decisión de reforma.
¿Entonces las urnas no son símbolo de democracia, como continuamente apelan los independentistas catalanes, atacando al estado por impedir una votación? Este argumento que a priori suena muy democrático, no lo es en absoluto. El hecho es que Cataluña o cualquier comunidad autónoma española no puede hacerse valer como estandarte de la legalidad y la democracia, cuando lo que pretende es una votación para cometer una ilegalidad. Si una banda de ladrones votan a que banco van a atracar ¿será legal el atraco ya que se hizo de forma democrática?